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ACEPTÉMOSLO, SOMOS IRREMEDIABLEMENTE HIJAS DEL DRAMA


Nadia Hernández Reyes / Hijas del Drama

A las mujeres no nos gusta el drama, somos Hijas del Drama.

Es nuestra naturaleza, tenemos a flor de piel esa sensación alarmante de hacerla de pedo por todo, de todo y con todo; es un don, nos fue obsequiado por una razón vital: la supervivencia.

Y es que nuestra fuerza no es del todo física, más bien es mística, esa fortaleza nos permite ser atemporales, porque estamos en todo, no se nos escapa ningún detalle, tenemos respuesta y solución para todo.

¿Y que significa que seamos hijas del drama?

Significa que somos herederas emocionales, las mujeres que existieron antes que nosotras creyeron necesario que fuéramos dueñas del poder de ser sensibles a nuestro entorno, tener empatía, intuir las intenciones de los otros, leer con precisión los gestos de los demás, es decir, la evolución nos obsequió la capacidad de experimentar los sentimientos y emociones como nadie. ¿Alguna vez haz llegado a pensar que eres víctima de tu caos emocional? probablemente no te haz dado cuenta que más que contenerlo necesitas conectarte con el. Eres inevitablemente emocional, eres naturalmente hija  del drama.

Honestamente si, somos chillonas, algunas tenemos risas escandalosas y fluidas, otras más gritamos a diestra y siniestra, a veces estamos irritables, susceptibles a toda crítica o en modo de defensa, listas para atacar si nos sentimos amenazadas, pero es que ser sensibles es parte de ser mujer, no es algo que se cure o que puedas controlar, es algo que te define, que te acompaña, es algo que se vive.

¿Pero realmente lo vives o lo sufres?

Si vives el drama quiere decir que aceptas y abrazas tus emociones, que las escuchas y que te das permiso de sentirlas pero, si de lo contrario sufres por hacer drama, seguro todo tu esfuerzo esta centrado en ocultar lo que sientes, fingir que nada te daña o actuar en el papel de la víctima dominada por la idea de que no te sabes controlar y eres escandalosa, una dramática irremediable.

Al punto que quiero llegar es que está bien ser hija del drama, lo que no veo conveniente es que te ahogues en tu propio veneno, porque si luchas con tus emociones o las ves como un estorbo; déjame decirte que haz cocinado un caldo tóxico y super concentrado de toda tu inconformidad.

La invitación que te hago es a que disfrutes de tu natural forma de sentir, que te permitas explotarla porque tus emociones todo el tiempo te mandan mensajes con la única finalidad de mantenerte a salvo, si no haz aprendido a codificarlas tal vez es hora de empezar.

Probablemente la mejor forma de empezar no es tratando de convencer a los demás de que tu emocionalidad tiene un sentido y que por algo “haces drama”, más bien empieza por ti, abre la puerta para descubrir ¿cuál es la función de tus emociones?, ¿para qué te sirven? y sobretodo, analiza la idea de que tu hipercapacidad de sentir más que ser una piedra con la que te vas a tropezar, es la piedra sobre la que te vas a parar para comprender más tu vida.

Pregúntate, ¿en qué situación de tu vida automáticamente se activa el modo drama?, ¿cuál es la verdadera razón detrás de dicho drama?, ¿haz intentado otras maneras de reaccionar a parte del drama que siempre haces?.

Contestar las preguntas anteriores no hará ningún cambio en tu forma de reaccionar ante dicha situación, porque para ser una hija del drama certificada se requiere de mucha práctica y compromiso contigo misma, pero sin duda te habrás volteado a ver y eso, ya es un inicio.

Si quieres conectar con tu emocionalidad y darte la oportunidad de aprender a vivir tus emociones, este espacio es para ti. Sin juicios, sin criticas, sin mascarás, en HIJAS DEL DRAMA contarás con el espacio que necesitas para liberar y ampliar la forma en la que expresas tus emociones.


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