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¿CÓMO NACE UNA REINA DEL DRAMA?


Nadia Hernández Reyes / Hijas del Drama



El drama de mi vida comenzó cuando era niña y es que no creas que el adjetivo de dramática me lo adjudiqué yo, me lo adjudicaron. Siendo muy pequeña me decían “la reinita” y es que al ser la única niña en la casa me dieron el trono más alto, yo era la ama y señora del lugar, todo lo que quisiera lo tenía a mis pies, hasta que apareció el bebé. Con la llegada de mi último hermano fui destronada y pase de ser “la reinita” a ser “la dramática” pero como no querían que llorara y me revelara si después de darme el puesto de diosa me habían sobajado a ser una simple mortal como mis hermanos, cada que mostraba mi frustración por no recibir la atención que antes me daban, mi madre me decía: “ya vas a empezar con tu drama”, “cállate, no seas dramática”, y no lo pude evitar; hasta hoy en día conservo ese legado, sigo siendo una Hija del Drama. Pero de esa experiencia de mi niñez no sólo heredé el apodo de “doña dramas”, también compré la idea de que era inadecuado expresar mi inconformidad (porque mostrar mi enojo, mi frustración y mi tristeza era incorrecto y sinónimo de no portarme bien), pero es que así se usaba, mostrar tus emociones era signo de debilidad; y digo “era” por que afortunadamente hoy se ha abierto la puerta a nuevas opciones. Las secuelas de aguantarme y bloquear mis emociones se fueron directo a mi autoestima, porque al perder el derecho de expresar como te sientes, es como si te mutilaras una parte de ti, te deja heridas profundas, que no sabes cómo curar y que prefieres disfrazarlas, ponerles adornitos para no incomodar la vista de los demás. El punto es que en algún momento cuando eres capaz de valerte por ti misma, te toca abrir tu caja de pandora y, aunque duela, debes aprender a sanar esas viejas heridas, ¿y para qué hacerlo? La razón es que esas heridas (esas emociones no atendidas por mucho que las ocultes, las maquilles, o las trates de ignorar) van influyendo en tu actuar. Recuerda que las emociones no se pueden borrar, así que la mala noticia es que tienes que empezar a enfrentarlas ya, y la buena es que no siempre lo tienes que hacer sola. A algunas de nosotras nos cuesta dejarnos sentir porque eso significa recordar, recordar que no fuimos cuidadas, que nos defraudaron, que no nos amaron como merecíamos, que nos abandonaron, recordar  la impotencia de no poder defenderte, recordar que no nos creyeron y nos tacharon de mentirosas. Y nadie te culparía si decidiste cerrar la puerta para evitar que te siguieran dañando, al fin de cuentas el daño ya estaba hecho. Es duro darse cuenta de esto, te comprendo, pero nunca es tarde para salvarte, porque esa es otra buena noticia, en ti está el poder de crear una misión de rescate, la prueba más importante de tu vida, convertirte en tu propia superhéroe.

¿Y como rayos le hacemos para convertimos en heroínas, salvadoras de nuestro universo?

Contesta las siguientes preguntas: 1. ¿En tu vida actúas cómo la víctima o la salvadora?. Si actúas cómo la víctima adoptas la postura del “no puedo”, eso quiere decir que tienes miedo de intentar hacer algo por ti y prefieres esperar a que tu príncipe o princesa venga al rescate, pero recuerda que lo que tu no hagas por ti misma nadie lo va a venir a hacer, porque pesas justo lo que puedes cargar, así que puedes decidir dejar de ser un lastre e intentar descubrir de lo que eres capaz. 2. ¿Por años haz callado tus emociones y en lugar de expresarlas esperas que los demás las adivinen?. Si tu respuesta es si, estas aplicando el típico drama de la incomprendida y es que, si bien hay personas incapaces de usar su empatía para distinguir cuando estas molesta, triste, cansada, insatisfecha, etcétera, en parte es nuestra responsabilidad aprender a decir lo que sentimos. 3.¿Te sientes atrapada, sin esperanza e incapaz de alcanzar tu felicidad?. Es comprensible que tras vivir situaciones desagradables y dolorosas te sientas desconfiada sobre el futuro que te espera, pero tal vez al cambiar tu perspectiva descubrirás que aprendiste algo de esas experiencias y tal vez te reencuentres con una versión de ti más fuerte capaz de construir su propia felicidad.


Cuestionarte sobre porque actúas como actúas, darte cuenta de que eres producto de toda tus experiencias y ser comprensiva con tu propia fragilidad te acercan a convertirte en la heroína de tu historia. Definitivamente no podemos cambiar el pasado, ni sabemos que nos depare el futuro, pero si  somos dueñas de nuestro presente, eso nos da una ventaja, nos otorga la oportunidad de decidir hoy como poner a nuestro favor aquello que alguna vez nos dañó. No te voy a mentir, necesitas ser paciente y compasiva contigo porque te tomará algo de tiempo, pero hoy siéntete orgullosa de ti porque haz sobrevivido y, chueca o derecha, hoy sigues en pie. Tarea para hijas dramáticas: Escribe una anécdota de tu infancia donde tuviste que callarte alguna emoción (tristeza, miedo, enojo, etc.) expresa como te sentiste y busca hablarlo con alguien en quien confíes, el objetivo no es que te llenes de odio ni que sufras, solo que lo expreses, te aseguro que esto te dará un poco de alivio. Y si tienes que hacer un drama pues hazlo, si esa habilidad está en ti, es porque la necesitas.


Cuéntame tu historia, quiero conocer el drama de tu vida. Puedes escribirme a hijasdeldrama@gmail.com Únete al club de las HIJAS DEL DRAMA y dale vuelo a la hilacha a tus emociones.

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