Morelia, Michoacán., 21 de octubre de 2024.- En la comunidad de Apeo, Maravatío, la realidad es atroz y vergonzosa: más de 70 animales han sido envenenados en un acto de barbarie inhumana que parece no tener fin. Perros, gatos y palomas han caído muertos en las calles, víctimas de una crueldad que revela lo peor de la indiferencia social y la negligencia de las autoridades.
Medali Chamorro Ramírez, activista con más de una década en la lucha por los derechos de los animales, no ocultó su indignación. El pasado jueves, recibió una llamada que la alertaba sobre la presencia de animales desangrándose en la vía pública. Al llegar al lugar, lo que encontró fue un escenario de terror: decenas de cuerpos inertes, animales indefensos sacrificados por el veneno que alguien había esparcido con fría premeditación.
Las croquetas contaminadas con polvo azul, letales para cualquier criatura que tuviera la mala suerte de consumirlas, eran prueba clara del nivel de desprecio por la vida que persiste en la región. Sin embargo, el verdadero escándalo no es solo el envenenamiento sistemático, sino la pasividad de las autoridades. Mientras Chamorro exige acciones concretas, tanto la Fiscalía General del Estado (FGE) como el gobierno de Michoacán parecen cómodamente instalados en la indiferencia.
Pese a que el viernes se presentó una denuncia formal ante la delegación Zitácuaro de la FGE, a Chamorro ni siquiera le entregaron el número de la carpeta de investigación. Esta omisión es una burla a los ciudadanos que, con justa razón, exigen respuestas. En lugar de una respuesta inmediata y efectiva, las autoridades ofrecen excusas y demoran un proceso que ya debería estar avanzando con firmeza.
"Esta masacre no es un incidente aislado" Señalaron lo activistas. En los últimos tres años, alrededor de 200 perros y gatos han muerto en circunstancias similares, sin que haya consecuencias para los responsables. Las aves, víctimas colaterales de este desastre, también sufren al consumir los restos envenenados dejados sin piedad en las calles.
El llamado de Chamorro es claro: ¡basta ya de tanta crueldad animal! Pero, ¿escucharán las autoridades esta vez? ¿O seguirán postergando la justicia mientras los animales siguen muriendo en las calles de Maravatío? La inacción oficial es tan condenable como el crimen mismo.
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