Órbita
Por Patricia Padrón
MORELIA.02 mayo 2020.
Tomando en consideración que, una persona contagiada de COVID-19 puede contagiar hasta a 3 personas, la manifestación de aficionados a Monarcas en la que se contabilizaron por lo menos 7 mil asistentes, es un riesgo para el sistema de salud pública, pero sobre todo familiar.
Por ahí del 15 de junio sabremos la magnitud del desastre, veremos llegar a los abuelos, hijos, hermanos, de alguien que muy seguramente exigirá atención médica en la sala de urgencias pronta y expedita cuando vea que su ser querido no puede respirar, que por más esfuerzos que haga, el aire no le será suficiente, eso es el coronavirus tipo 2 del síndrome respiratorio agudo grave o SARS-CoV-2 (en inglés, severe acute respiratory syndrome coronavirus 2).
Y no es que uno vaya por la vida deseándole mal al prójimo, recordemos el repunte estadístico de la enfermedad correlacionado al pico de movilidad por los festejos del Día de la Madre, el comportamiento matemático-epidemiológico es simple.
¿Qué tan importante es un juego de futbol como para poner en juego la vida de nuestra familia? Miles de personas marcharon, se manifestaron, tuvieron contacto sin protección en una constante de aglomeraciones desde que se filtró la mudanza del Monarcas al estado de Sinaloa.
Asumiendo que los fanáticos del futbol no creen en la enfermedad, será muy triste que la conozcan cara a cara y de cerquita, más triste si se les muere alguien, pero lo más triste será cuando comprendan que murieron por no hacer caso a las recomendaciones que por bombardeo mediático están permanentemente por todos los medios.
Repetido hasta el cansancio, el COVID-19 es real y mata a personas de grupos vulnerables, quien no aprende la historia, está condenado a repetirla, tuvimos de ejemplo los muertos de otros países, pero nos esforzamos, nos aferramos a tener los propios, venga pues, solo que sin quejaderas.
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