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Nosotras tenemos otros datos

Desiderata Legal


Por María Trinidad Rojas Arreola



“El Presidente no escucha, no aprende, no entiende en qué país está.

El confinamiento coloca a las mujeres en situación de mayor vulnerabilidad, de mayor fragilidad frente a agresores domésticos”.

-Marcela Lagarde-

(Mayo 02 2020)

Cuando elegí Desiderata Legal como el nombre de mi columna, lo hice porque su significado es “las cosas deseadas del derecho”. Y no es que el mismo se rija de deseos, pero cada vez dista más en México y el mundo que los gobiernos cumplan con su papel fundamental de ser garantes de los derechos humanos de sus gobernados.

El martes 25 de mayo, justo en el día naranja -campaña denominada así, ya que es un recordatorio contra la violencia hacia la mujer, decretada por la ONU desde 2008-, la sociedad organizada y mujeres de todo México nos sumamos a lacampaña #NosotrasTenemosOtrosDatos producto, sí, de la cruda y cruel realidad de la violencia feminicida que a diario vivimos las mujeres y niñas mexicanas, pero más aún del hartazgo ante la violencia que estamos viviendo reiteradamente del Presidente.


Y es que en mi querido México, diariamente tenemos delitos de violencia contra la mujer, en un punto extremo que, hay quienes pretenden continuar con su normalización, o peor aún, con la negación de su existencia cuando a diario ocurren casos de violación a niñas y adolescentes, de mujeres violentadas en el seno de su hogar, de mujeres utilizadas como carne de cañón del crimen organizado; de mujeres víctimas de trata, de trabajadoras del hogar sin un pago formal y, el caso más extremo, los feminicidios.


Todo ello se agrava y maximiza por la contingencia del covid-19 y el obligado confinamiento en el hogar.

Casos como el feminicidio de Diana, estudiante de Nayarit, ocurren diariamente sin que exista un pronunciamiento rotundo, claro y fuerte que señale que se aplicará todo el peso de la Ley a los feminicidas por parte del Ejecutivo Federal.


El negar o desviar la atención del tema sólo empeora la de por sí difícil situación de las mujeres, pues tenemos una de las peores crisis que han existido en nuestro País con el virus del feminicidio. Hemos superado los 10 feminicidios diarios en México, esto reconocido por la CNDH.

Los otros datos que tenemos y que son de organismos como la propia ONU, es que por cada tres meses de confinamiento habrá 15 millones más de casos de violencia de género, mismo que prevé millones de nuevos casos no sólo de violencia, sino de matrimonio infantil, mutilación genital femenina y embarazos no deseados.


A nivel mundial se reconocen proyecciones alarmantes del presente y, peor aún, del futuro catastrófico que enfrentarán las mujeres y las niñas si no se realizan esfuerzos urgentes para asegurar su bienestar y garantizar sus derechos.


Por eso, hablar de que en México las familias son fraternas y que las llamadas de auxilio por violencia en el hogar son falsas, como lo hace el presidente López Obrador, ¿qué podemos esperar?

Que no se olvide que México tiene una serie de recomendaciones de organismos internacionales, como la CEDAW, y que está obligado a preservar los derechos humanos de las mujeres y de las niñas; que se tiene un Mecanismo de Alerta de Violencia de Género, pero sobre todo que existe una robusta y amplísima gama normativa que configura los derechos de las mujeres a vivir una vida libre de violencia.


Como diría el colectivo chileno en su composición un violador en tu camino: “el violador eres tú”.

Michelle Bachelet señaló en la conmemoración de los 25 años de la Conferencia de la Mujer de Beijing, que los derechos de las mujeres hoy están siendo atacados por varios frentes, y que estamos viendo retrocesos y el resurgimiento de narrativas contra la igualdad feminista. Ante ello, enfatizó que los derechos de las mujeres no son negociables y no pueden ser una política opcional, sujeta a vientos cambiantes de la política.

La protesta digital que vivimos el 25 de mayo -y diariamente- es una muestra y un mensaje claro de que más de la mitad de la población de México tenemos derechos y exigimos su cumplimiento.

Cierro con la reflexión de Rita Segato, quien refiere que, “en la progresiva precarización económica de la vida, las mujeres tienen una posición histórica de inferioridad, por lo que la violación y el feminicidio son un crimen de poder”.

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