Introspectiva pública
Por Kali Tapia Martínez
16 junio 2020.
Hoy podemos aprovechar la gran oportunidad de pensarnos en comunidad, de asumirnos como integrantes de algo mucho más grande que cada persona y su individualismo: la colectividad.
Así, entendiendo que nuestras decisiones y acciones personales influyen y se extienden al resto, es ahora el momento ideal para hacer valer el vínculo que, como seres sociales, mantenemos inevitablemente con nuestro prójimo.
El egoísmo, que nos motiva a interesarnos solamente por lo propio y descuidar el bien común, suele ser consecuencia de la ignorancia e inconsciencia de la responsabilidad que a cada cual corresponde en todo momento y circunstancia.
La contingencia sanitaria por COVID-19 sólo es un recordatorio de la humanidad con la que debemos proceder.
En Michoacán, el gobierno estatal ha insistido en la importancia de que la gente practique la sana distancia y sólo salga del confinamiento para realizar actividades esenciales, es decir, a trabajar, adquirir productos de primera necesidad o recibir atención médica.
En esta nueva convivencia, incluso, los riesgos son mayores. En los comercios y negocios se están reactivando labores porque no cuentan con la capacidad económica para prolongar la suspensión, pero continúa la propagación del virus, tal como lo ha subrayado el gobernador Silvano Aureoles Conejo en redes sociales.
Sin embargo, mucha gente opta por la incredulidad y la negligencia. Cada vez se ve más movimiento en las calles y menos acato a las medidas de higiene básicas, como el uso correcto de los cubrebocas.
Aunque, al corte del lunes 15 de mayo, las muertes registradas en la entidad ascendieron a 292, y los contagios notificados a tres mil 703, hay a quienes no parece importarle, pese a que aún no sabemos cuándo será el pico real de la pandemia en México.
También, desde el ámbito federal, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, cada día hace lo propio en sus conferencias de prensa. No así el presidente de la República, con sus invitaciones a “recobrar la libertad” porque, según él, ya pasó lo más riesgoso y difícil de la pandemia y “se logró aplanar la curva”.
Con su Decálogo para Salir del Coronavirus y Enfrentar la Nueva Realidad, pondera que actuar con optimismo y dar la espalda al consumismo son soluciones primordiales, aunque carecen de rigor científico y estrategia.
Parece que para el mandatario mexicano es más importante retomar sus giras en el país, frente al proceso electoral de 2021, para esparcir su consejo: “lo mejor es no enfermarnos, así enfrentamos esta pandemia”. Ojalá la solución fuera así de fácil… disponerlo y ya.
Pero los platos rotos no los pagan quienes los están quebrando.
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